El dolor orofacial es el resultado de un impulso doloroso provocado por lesiones en boca y cara que es enviado al cerebro a través de una vía común: el nervio trigémino. El dolor facial crónico afecta a más del 6% de la población adulta. El dolor orofacial puede ser de origen buco-dental, temporo-mandibular, muscular o como neuralgia craneal.
Los trastornos temporo-mandibulares son problemas relacionados con las articulaciones (ATM), la musculatura de la mandíbula y las estructuras asociadas a ambas. Los pacientes con este tipo de trastorno suelen presentar dolor mandibular, ruidos, chasquidos dolor referido al oído, cuello, mandíbula o espalda y limitación en el movimiento de la boca. Estos síntomas pueden ser causados por distintos desórdenes temporo-mandibulares como las luxaciones meniscales, que provocan bloqueos mandibulares, la artritis de la ATM, las contracturas musculares y el dolor miofascial entre otros.
¿Cómo saber si tengo desórdenes temporo-mandibulares?
Usted puede tener desórdenes temporo-mandibulares desde hace mucho tiempo sin saberlo. Esto se debe a que muchos síntomas asociados a estos desórdenes parecen no estar relacionados. Empiece a determinarlo preguntándose lo siguiente:
¿Aprieta o rechina los dientes?
¿Cuándo se despierta por la mañana la mandíbula chasquea?
¿Siente que se le desencaja la mandíbula?
¿Tiene dolor al abrir la boca, comer, bostezar o hablar?
¿Tiene dificultad al abrir o cerrar la boca?
¿Padece problemas en otras articulaciones (artritis)?
¿Ha tenido lesiones cervicales o en la mandíbula?
¿Tiene dolor de cabeza o en el cuello con frecuencia?
¿Tiene dientes que ya no contactan al morder?
¿Tiene los dientes desgastados?
Cuantas más respuestas afirmativas tenga a estas preguntas, existen más posibilidades de sufrir el desorden temporomandibular.
¿Cuál es el tratamiento?
Existen una gran variedad de tratamientos y todos ellos son aplicados teniendo en cuenta las necesidades individuales de cada paciente. Algunos de estos tratamientos son:
1-Ortodoncia
Para corregir la mordida del paciente que pudiera provocar o agravar el desorden temporo-mandibular.
2- Medicación
Antinflamatorios, analgésicos,etc.
3-Férulas
La férula es un aparato de plástico que encaja sobre los dientes superiores, inferiores o ambos. Existen muchos tipos de férulas y su diseño cambia dependiendo del tipo de desorden que padece el paciente. Esto sólo es posible si previamente se ha realizado un completo estudio temporo-mandibular.
4-Bioestimulación con láser blando.
5-Infiltraciones.
Se realizan en zonas dolorosas de la ATM, para desbloquear articulaciones, en puntos gatillo, etc.
6-Ozonoterapia.
7- Aplicación de factores de crecimiento para el dolor de la articulación temporomandibular.
8-Aplicación de toxina botulínica y ácido hialurónico .
9-Técnicas de control de la tensión.
Controlar el estrés diario es una manera de ayudar a sus músculos y articulaciones. La utilización de aparatos como el bio-feedback o el aprendizaje de diversas técnicas de auto-relajación, ayuda al paciente a aprender a controlar su tensión muscular y consecuentemente reducen el dolor mandibular.
10- Reconstrucción protésica
Los pacientes pueden precisar de una prótesis dental para crear una mordida estable y así solucionar un desorden temporomandibular. Existen muchos tipos de prótesis diferentes adaptadas a cada paciente. Las prótesis pueden ser fijas, removibles, mixtas o sobre implantes.
11- Cirugía.
La cirugía se realiza en contadas ocasiones y está únicamente indicada en aquellos casos en los que el tratamiento conservador no ha proporcionado unos resultados satisfactorios.
12-Fisioterapia de la ATM
Uso de aparatos de TENS y ultrasonidos, que contribuyen junto al láser blando a la realización de una fisioterapia más efectiva y de menor duración. El tratamiento de fisioterapia mandibular debe estar supervisado por un odontólogo especializado en desórdenes de la ATM.
13-Medidas higiénico-preventivas y autocuidados.